domingo, 25 de septiembre de 2016

La vida parisiense, de Enrique Gómez Carrillo

(Texto de la cápsula cultural difundida el jueves 15 de septiembre el programa Itaca, producido por Radio y Televisión de Veracruz y el Instituto Veracruzano de la Cultura).

La vida parisiense, de Enrique Gómez Carrillo[1].
por Óscar Hernández Beltrán

La fama póstuma del escritor guatemalteco Enrique Gómez Carrillo resulta, cuando menos, paradójica. Hace décadas fue catalogado como un escritor frívolo, cuyas preocupaciones poco o nada tenían que ver con la realidad de nuestro subcontinente. No obstante, su obra reaparece siempre que se trata de integrar bibliotecas consagratorias de la mejor escritura hispanoamericana. Tal sucedió cuando el Ministerio de Asuntos Exteriores de España incluyó las Tres novelas inmorales en el catálogo de su cuidadosa “Biblioteca Literaria Iberoamericana y Filipina” y, asimismo, cuando el gobierno venezolano incorporó el libro de crónicas La vida parisiense en la muy prestigiosa “Biblioteca Ayacucho”. Puede afirmarse que ambas ediciones no hicieron sino reconocer la estupenda calidad literaria del extravagante personaje que fue Gómez Carrillo y otorgar a su obra el sitio que, con justicia, debe ocupar entre nuestros autores clásicos.
            La vida parisiense, es una compilación de crónicas publicadas en diarios sudamericanos durante los últimos años del siglo XIX, enviadas desde París por Gómez Carrillo, quien había llegado a la ciudad luz como miembro del cuerpo diplomático guatemalteco, lo que le brindó la oportunidad de sumergirse en la intensa vida de la que entonces era la capital cultural del mundo.
            Lo mismo la vida literaria que los espectáculos teatrales, los salones de pintura que las discusiones científicas y filosóficas e incluso la moda y la gastronomía, todos los aspectos del paisaje cultural de la época fueron transmitidos a los lectores hispanoamericanos por este cronista infatigable, poseedor de un carisma capaz de abrirle todas las puertas, introducirlo en todos los cenáculos y agenciarle la amistad de los grandes de la época. Tal habilidad le permitió, por ejemplo, entrevistar a los protagonistas literarios de entonces, como Alphonse Daudet, J.K. Huysmans, August Strindberg o Catulle Mendès, quienes lo recibieron en sus respectivos estudios y le confiaron sus proyectos literarios. Con tales confidencias Gómez Carrillo elaboró sabrosas crónicas que aún en nuestros días se leen con sumo agrado.
            Sumamente inquieto y prolífico, Gómez Carrillo recorrió, además de Europa, diversos países de África y de Asia, de los que supo dar noticia puntual en miles de crónicas, mismas que, sumadas a su labor como reportero en las trincheras durante la Primera Guerra Mundial, y a su escasa pero interesante producción narrativa y poética, constituyen una obra de más de cincuenta títulos, la mayoría de ellos lamentablemente olvidados. Los lectores interesados en familiarizarse con Enrique Gómez Carrillo pueden leer en línea las crónicas reunidas en La vida parisiense, gracias a la generosidad de la  Biblioteca Digital Ayacucho, magno proyecto de difusión virtual de nuestras literaturas.



[1] Enrique Gómez Carrillo. La vida parisiense. Venezuela. Fundación Biblioteca Ayacucho. Colección “La Expresión Americana”. 1993. 182 pp. http://www.bibliotecayacucho.gob.ve/fba/index.php?id=97&backPID=103&begin_at=160&tt_products=258

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